Antes de contaros mis impresiones sobre Asesinos sin rostro os dejo un pequeño apunte sobre su autor: Henning Mankell
Nació en Estocolmo en 1948. Está casado con Eva Bergman y actualmente divide su tiempo entre Suecia y Mozambique. Tiene a sus espaldas una exitosa y variada carrera literaria pero es mundialmente conocido gracias a la serie protagonizada por el inspector Kurt Wallander, novelas que han recibido numerosos premios y que han sido llevadas al cine y la televisión.
Su última publicación es Un ángel impuro en la que una mujer sueca llega a regentar un burdel africano y que te ganas de leer (no sé de dónde sacaré el tiempo).
http://www.henningmankell.es/
LA NOVELA: Asesinos sin rostro
Este título da origen a la serie Wallander y, aunque en España no se publicaron por orden (se publicó primero La quinta mujer,... misterios editoriales...), yo soy un poco maniática a este respecto y me gusta leerlas desde el principio para conocer bien los personajes y su evolución. Si no lo hago así tengo la impresión de estar perdiéndome una parte de la personalidad de los protagonistas.
Reseña del editor:
El extraño y cruel asesinato de un matrimonio de ancianos en la campiña sueca revela a Kurt Wallander la cara más oscura de la Suecia moderna. En este histórico primer encuentro con sus lectores, el inspector Wallander debe resolver un caso casi tan complicado como su vida personal. Mientras procura desenmascarar a los despiadados asesinos de una anciana que ha muerto con la palabra "extranjero" en la boca antes de que los prejuicios raciales latentes en la comunidad desaten una ola de violencia vengadora, Wallander debe enfrentar el abandono de su esposa, la hostilidad de su hija, la demencia senil de su padre y hasta su propio deterioro físico a causa del exceso de alcohol y comida barata y la falta de sueño. Wallander terminará por hallar la inesperada solución del caso, pero sus problemas familiares no acabarán con este libro. Por no hablar de los de su país, arrojado a una nueva era en la que, como cree el inspector, "la inquietud aumentará bajo el cielo".
ARGUMENTO:
Poco más que aclarar un poquito la reseña editorial, que por una vez sí resume bien un libro, ya que no me gusta destripar las historias y, menos aún, las policíacas.
La novela arranca con el asesinato de Yohannes y Maria Lövgren, un matrimonio de campesinos ancianos que vivían en una granja en las afueras de Ystad, una ciudad pequeña y tranquila de la región de Escania, Suecia. Al frente del grupo que investiga el caso se encuentra el inspector Kurt Wallander que no pasa por su mejor momento personal.
Yohannes ha sido horriblemente torturado hasta morir mientras que Maria consigue llegar al hospital donde, antes de fallecer, pronuncia una sola palabra: extranjero. Cuando la prensa se hace eco de esta información el caso se complica con la llegada de amenazas de atentados por parte de un grupo de ultraderecha.
Esclarecer el caso no será fácil ya que los investigadores carecen de pistas, no parece haber ningún móvil y nadie ha visto a ningún sospechoso en las inmediaciones de la granja.
Wallander tiene por delante un trabajo difícil en el que solo su voluntad de solucionar el caso, su paciencia y su constancia le harán ir descartando unas líneas de investigación y abriendo otras hasta conseguir atrapar a los asesinos.
Kurt Wallander
Si hay algo que los inspectores protagonistas de las novelas policíacas, negras o de suspense suelen tener en común es una vida personal complicada y un sexto sentido que les hace seguir la pista correcta o atar cabos en momento de lucidez. El protagonista de la novela que nos ocupa tiene de las dos cosas en grandes dosis.
Kurt Wallander tiene una hija de diecinueve años que no ha acabado de superar una adolescencia difícil, acaba de divorciarse o, mejor dicho, su mujer acaba de divorciarse de él y aún la echa de menos, ha engordado y ha descuidado su persona y su casa. Duerme poco y mal, se alimenta de comida rápida y bebe en exceso. Por si fuera poco, su padre anciano que parece estar empezando a padecer demencia senil le chantajea emocionalmente.
Así que se refugia en el trabajo donde pasa horas y horas investigando, reuniendo pistas y testimonios y desesperándose a veces, y en la ópera.
No tiene amigos, ni siquiera entre sus compañeros de trabajo de los que apenas conoce nada de su vida personal.
A pesar de todo o quizá a causa de ello es un personaje al que se le coge cariño. Es un buen policía, honesto y con principios.
LA NOVELA: Asesinos sin rostro
Este título da origen a la serie Wallander y, aunque en España no se publicaron por orden (se publicó primero La quinta mujer,... misterios editoriales...), yo soy un poco maniática a este respecto y me gusta leerlas desde el principio para conocer bien los personajes y su evolución. Si no lo hago así tengo la impresión de estar perdiéndome una parte de la personalidad de los protagonistas.
Reseña del editor:
El extraño y cruel asesinato de un matrimonio de ancianos en la campiña sueca revela a Kurt Wallander la cara más oscura de la Suecia moderna. En este histórico primer encuentro con sus lectores, el inspector Wallander debe resolver un caso casi tan complicado como su vida personal. Mientras procura desenmascarar a los despiadados asesinos de una anciana que ha muerto con la palabra "extranjero" en la boca antes de que los prejuicios raciales latentes en la comunidad desaten una ola de violencia vengadora, Wallander debe enfrentar el abandono de su esposa, la hostilidad de su hija, la demencia senil de su padre y hasta su propio deterioro físico a causa del exceso de alcohol y comida barata y la falta de sueño. Wallander terminará por hallar la inesperada solución del caso, pero sus problemas familiares no acabarán con este libro. Por no hablar de los de su país, arrojado a una nueva era en la que, como cree el inspector, "la inquietud aumentará bajo el cielo".
ARGUMENTO:
Poco más que aclarar un poquito la reseña editorial, que por una vez sí resume bien un libro, ya que no me gusta destripar las historias y, menos aún, las policíacas.
La novela arranca con el asesinato de Yohannes y Maria Lövgren, un matrimonio de campesinos ancianos que vivían en una granja en las afueras de Ystad, una ciudad pequeña y tranquila de la región de Escania, Suecia. Al frente del grupo que investiga el caso se encuentra el inspector Kurt Wallander que no pasa por su mejor momento personal.
Yohannes ha sido horriblemente torturado hasta morir mientras que Maria consigue llegar al hospital donde, antes de fallecer, pronuncia una sola palabra: extranjero. Cuando la prensa se hace eco de esta información el caso se complica con la llegada de amenazas de atentados por parte de un grupo de ultraderecha.
Esclarecer el caso no será fácil ya que los investigadores carecen de pistas, no parece haber ningún móvil y nadie ha visto a ningún sospechoso en las inmediaciones de la granja.
Wallander tiene por delante un trabajo difícil en el que solo su voluntad de solucionar el caso, su paciencia y su constancia le harán ir descartando unas líneas de investigación y abriendo otras hasta conseguir atrapar a los asesinos.
Kurt Wallander
Si hay algo que los inspectores protagonistas de las novelas policíacas, negras o de suspense suelen tener en común es una vida personal complicada y un sexto sentido que les hace seguir la pista correcta o atar cabos en momento de lucidez. El protagonista de la novela que nos ocupa tiene de las dos cosas en grandes dosis.
Kurt Wallander tiene una hija de diecinueve años que no ha acabado de superar una adolescencia difícil, acaba de divorciarse o, mejor dicho, su mujer acaba de divorciarse de él y aún la echa de menos, ha engordado y ha descuidado su persona y su casa. Duerme poco y mal, se alimenta de comida rápida y bebe en exceso. Por si fuera poco, su padre anciano que parece estar empezando a padecer demencia senil le chantajea emocionalmente.
Así que se refugia en el trabajo donde pasa horas y horas investigando, reuniendo pistas y testimonios y desesperándose a veces, y en la ópera.
No tiene amigos, ni siquiera entre sus compañeros de trabajo de los que apenas conoce nada de su vida personal.
A pesar de todo o quizá a causa de ello es un personaje al que se le coge cariño. Es un buen policía, honesto y con principios.
Mi lectura:
Cuando pienso en Suecia, no sé si os ocurre igual, me viene a la cabeza la idea de un país poco menos que utópico. Frío, sí, pero democrático, tranquilo, seguro y con una gran cobertura social. Mankell nos muestra a través de la investigación de Wallander la otra cara. Una Suecia en la que también existen problemas: una clase campesina que subsiste a base de duro trabajo, juego, drogas, una política de inmigración ambigua y brotes xenófogos.
El autor también consigue recrear de forma totalmente creíble el trabajo policial, con sus altos y bajos, su método de trabajo, su persistencia, lo arduo y pesado de su trabajo, con momentos de euforia al ir aclarando incógnitas y de desesperación cuando les conducen a un punto muerto.
Aparte de esta interesante presentación de su país y la buena recreación del trabajo policial la novela está bien pero no llegó a apasionarme.
En primer lugar, y ésto puede que sea problema mío, me resulta complicado moverme con el protagonista a través de la región en la que lleva a cabo la investigación. Recurrir constantemente a nombres de pueblos y carreteras que no conozco hace que me pierda un poco en la historia y tenga que recurrir al mapa que mi edición aporta al principio del libro. Lo que por otro lado me lleva a pensar que no será sólo mi caso si no ¿para qué dibujarnos el mapa?.
En segundo lugar, si bien Mankell describe perfectamente a su protagonista en ocasiones se hace recurrente llegando incluso a detalles escatológicos. Por ejemplo no necesitaba saber que cada vez que, por falta de tiempo o desgana, engullía una comida rápida le provocaba diarrea y tenía que ir corriendo al baño.
Y, por último, en la novela aparecen pistas que parecían vitales y que, una vez esclarecido el caso, se quedan colgadas como la nacionalidad del nudo con el que atan a Maria que luego no coincide con la nacionalidad de los asesinos.
La novela arranca bien. El descubrimiento de los cuerpos y el inicio de la investigación están muy bien planteados, con un ritmo que se pierde en la mitad de la historia para recuperarse al final, quizá un poco precipitado.
Ficha técnica:
Editoral: TUSQUETS EDITORES
Nº de páginas: 304 págs.
xxxxx Buena lectura
Cuando pienso en Suecia, no sé si os ocurre igual, me viene a la cabeza la idea de un país poco menos que utópico. Frío, sí, pero democrático, tranquilo, seguro y con una gran cobertura social. Mankell nos muestra a través de la investigación de Wallander la otra cara. Una Suecia en la que también existen problemas: una clase campesina que subsiste a base de duro trabajo, juego, drogas, una política de inmigración ambigua y brotes xenófogos.
El autor también consigue recrear de forma totalmente creíble el trabajo policial, con sus altos y bajos, su método de trabajo, su persistencia, lo arduo y pesado de su trabajo, con momentos de euforia al ir aclarando incógnitas y de desesperación cuando les conducen a un punto muerto.
Aparte de esta interesante presentación de su país y la buena recreación del trabajo policial la novela está bien pero no llegó a apasionarme.
En primer lugar, y ésto puede que sea problema mío, me resulta complicado moverme con el protagonista a través de la región en la que lleva a cabo la investigación. Recurrir constantemente a nombres de pueblos y carreteras que no conozco hace que me pierda un poco en la historia y tenga que recurrir al mapa que mi edición aporta al principio del libro. Lo que por otro lado me lleva a pensar que no será sólo mi caso si no ¿para qué dibujarnos el mapa?.
En segundo lugar, si bien Mankell describe perfectamente a su protagonista en ocasiones se hace recurrente llegando incluso a detalles escatológicos. Por ejemplo no necesitaba saber que cada vez que, por falta de tiempo o desgana, engullía una comida rápida le provocaba diarrea y tenía que ir corriendo al baño.
Y, por último, en la novela aparecen pistas que parecían vitales y que, una vez esclarecido el caso, se quedan colgadas como la nacionalidad del nudo con el que atan a Maria que luego no coincide con la nacionalidad de los asesinos.
La novela arranca bien. El descubrimiento de los cuerpos y el inicio de la investigación están muy bien planteados, con un ritmo que se pierde en la mitad de la historia para recuperarse al final, quizá un poco precipitado.
Ficha técnica:
Editoral: TUSQUETS EDITORES
Nº de páginas: 304 págs.
- Encuadernación: Tapa dura bolsillo
Lengua: ESPAÑOL
ISBN: 9788483835203
xxxxx Buena lectura
A este autor le tengo ganas de hace tiempo. Y como también soy maniática con el orden empezaré con éste, pero me dejas un poquito... Que veo que no te entusiasmó mucho. Bajaré mis expectativas por si acaso...
ResponderEliminarBesotes!!!
Hola! He pasado por el blog por el reto 25 españoles y me he quedado un poco a fisgonear y al ver esta reseña me he puesto a leer.
ResponderEliminarHAce tiempo que vi la serie tanto la sueca como la de la BBC, es más tengo la primera, y aunque es muy pero que muy lenta siempre he tenido ganas de leer los libros porque los casos están bien.
Pero lo que te quería comentar es lo que mencionas de las expectativas que tenemos de Suecia y en general de los países nórdicos. Desde hace unos años continuamente se nos pone como ejemplo en todo y cuando uno araña un poco la superficie vemos que al final todos nos parecemos porque el hombre es hombre y caemos continuamente en los mismo errores.
Y eso es lo que no nos cuenta. Y gracias a los libros, y en general a la cultura, podemos hacernos la idea de que ni ellos son mejores, ni tienen todas las respuestas, ni nosotros somos los peores ni hacemos todo mal.
saludos
Yo también me he quedado con las ganas de saber más del nudo. Le da mucha importancia, pero luego no cumple las expectativas.
ResponderEliminarMe ha gustado, pero no me ha llegado a enganchar, quizás por la lentitud, pero si que se agradece que no todo suceda de forma espectacular. Saludos.