martes, 6 de mayo de 2014

En mi buzón # 6

Este mes las entradas vuelven a ser varias y variadas. Esta vez casi todas compradas, que se me acumulan las lecturas comprometidas y luego no disfruto de ellas sino que voy penando por otras que me gustaría leer y no tengo tiempo.

Esta es la foto de familia de las que entraron en formato papel:



En primer lugar Persecución a ciegas, de Jesús Roche. Me había tocado en el reto 25 españoles organizado por Laky el año pasado pero tardó en llegar por problemas con el correo. Gracias Laky por molestarte en reclamarlo de nuevo.


Algunas mafias ucranianas operan con impunidad en Barcelona. Todo va bien hasta que un día dos individuos son víctimas de un fortuito accidente de tráfico y ya nada es lo que parecía.
Esos dos personajes son detenidos y una vez en la cárcel logran escapar. Todo el mundo va detrás de ellos: la policía y los mafiosos. Tienen en su poder un misterioso libro de contabilidad que puede desvelar el secreto del modus operandi de las organizaciones criminales en cuestión y de las implicaciones de ciertos cargos policiales.
Sin embargo, existe un detalle con el que nadie contaba: los dos prófugos son amnésicos y no recuerdan quiénes son ni dónde demonios se encuentra el susodicho libro.
Dar con ellos y recuperar su memoria es la clave.


En un puesto de un mercadillo me encontré estos cinco clásicos de la literatura de aventuras: El prisionero de Zenda, de Anthony Hope; El último mohicano, de J. Fenimore Cooper; La flecha negra, de Robert Louis Stevenson; El capitán fracasa, de Théoplhile Gautier; y Viaje al centro de la Tierra, de Julio Verne. Títulos que, aunque seguro que releeré, he comprado pensando en que a mi hija ya pueden ir gustándole este tipo de novelas.


Muerte dulce, de Félix G. Modroño, de quien leí La ciudad de los ojos grises y me quedé con ganas de más. El irresistible precio de esta novela en tamaño bolsillo en un centro comercial hizo que se viniese conmigo.


Balmaseda, 1683. Pedro Urtiaga acaba de ser envenenado. En sus últimas horas de vida escribe a su amigo, el doctor Zúñiga, anunciándole su inminente fallecimiento y suplicándole venganza. Éste viajará a tierras vascas para averiguar la identidad del asesino. Pronto descubrirá que su muerte no sólo tiene que ver con el vino, sino también con una partida de naipes de un juego recién nacido: el mus.Leyendas ancestrales, mujeres enamoradas y falsas apariencias se enredarán en esta trama en la que los acontecimientos se suceden sin tregua para el lector relatada sin artificios con una prosa limpia y magnética.

Y, por último, Azul sobre azul, de Manuel de Lope. Aunque este fue un impulso que aún ahora no comprendo.


La comparación que el propio autor establece entre el dripping (la técnica pictórica inventada por Jackson Pollock) y su libro quizá sea la manera más adecuada y breve de definir la presente obra. A caballo entre el diario, el ensayo, el relato de viajes, las memorias, la crítica literario-artística, etc., se trata de un libro singular y valiente -alejado de cualquier categorización al uso- en el actual panorama literario español. Con esta obra Manuel de Lope nos invita a un viaje por la memoria, por diferentes espacios físicos y episodios personales, por la actualidad, por la lengua, por el arte y la literatura, etc. Los temas, las sensaciones, los recuerdos y las reflexiones se van sucediendo en breves pinceladas en un orden que, por seguir con la comparación con la técnica de Pollock, sólo a primera vista parece aleatorio. Así, el lector puede pasar de un comentario de tono periodístico sobre un suceso de actualidad a la reflexión sobre un haiku, mientras que, en otras ocasiones, el texto le recordará una amena conversación sobre un hecho cotidiano. En definitiva, un vasto y sorprendente universo personal.


En formato digital me llegó:

La confesión de Constanza, de Christophe Paul, a quien tenía ganas de leer tras las buenas críticas de El ladrón de céntimos. El ejemplar digital ha llegado con una bonita dedicatoria y no tardaré mucho en leerlo.





Constanza es una mujer devota y sumisa, atrapada en un entorno burgués.  Su vida le parece perfecta hasta que una primavera más excitante y perturbadora de lo habitual hace que sucumba a una metamorfosis que la arrastra a una rebelión incontrolable.
Rodada en Nápoles y Roma bajo la sombra maléfica de la Camorra, el autor ahonda en la opresión de una sociedad machista en la que todo parece superficialmente correcto, en el dinero fácil de los traficantes de droga, los negocios sucios, la corrupción y los lazos internacionales de las diversas organizaciones.
Una novela romántica y policiaca que atrapa al lector desde sus primeras páginas, una historia muy actual. 

Desde Bubok me ha llegado La daga, de Pilar Gutiérrez y Federico Gómez de las Heras, de la que me atrajo la intriga y su trasfondo histórico .




A finales del siglo XVI, Vicente Mercader, un valenciano que trabaja como alquimista en Paris, recibe de su Maestro el encargo de evitar que  una extraña daga caiga en manos de  un grupo de hombres armados que están asaltando su casa. Vicente emprende un viaje lleno de peligros que le lleva primero a Valencia y luego a Toledo donde se pierde su  rastro.
Casi cuatro siglos después, también en Toledo,  Benito Escudero  le cuenta  a su nieto Lucas sus aventuras de juventud. Una de ellas trata de cómo descubrió en unos túneles, a los que se accede desde el sótano de su casa, los restos de un hombre,  una daga y un medallón.
A la muerte de Benito, la abuela le entrega a  Lucas, la caja en la que el abuelo guardaba sus recuerdos, trofeos y tesoros. Al revisar el contenido, Lucas se da cuenta de que en las historias que le ha contado el abuelo hay algo de cierto y, junto a su novia Sonia, decide investigar qué hay de verdad en  la de la daga. Durante sus investigaciones, entran en contacto con la misteriosa familia Albaterra,
En medio de una trama en la que no está claro quién es amigo, ni quien rival o enemigo, Lucas y Sonia tratan de descifrar, en una carrera contra el reloj, el inimaginable secreto que esconde la daga. Para ello se apoyan en el lenguaje de los antiguos artesanos y en la tradición oral de la enigmática familia que, como en una partida de póker, nunca saben si está destinada a ayudarles o a confundirles. 

No ha estado mal pero no son tantos los compromisos. Así que podré leer cosas pendientes y encontrar hueco a lecturas que me apetecen desde hace un tiempo.


xxxxx Buena lectura

8 comentarios:

  1. Tengo Persecución a ciegas (de nada), que también me tocó en un concurso, pero aún no lo he leído
    Y Muerte dulce es el libro que compré el Día del libro de este año. También casi regalado pero, en mi caso, en la edición de tapa dura.
    Besos

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  2. Que los disfrutes, ya nos irás contando, besotes

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  3. El único que he leído hace ya muchos años es el de Julio Verne y luego hay varios que me llaman la atención, qué los disfrutes!
    Besos

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  4. Dios mio cuantos libros! ánimo!! no he leido ninguno de estos la verdad...

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  5. Qué chula la colección! Esos libros con esa estética antigua me parecen encantadores. 1beso!

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  6. Espero que te gusten todos y disfrutes con la lectura. Besos

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  7. Cuantos libros!! Espero que los disfrutes todos :)
    Un beso!

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  8. Uys, de los clásicos no he leído ninguno... Voy a tener que ponerle remedio... Y del resto el que más me llama es Muerte dulce. Disfruta de tus lecturas!
    Besotes!!!

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