miércoles, 19 de febrero de 2014

Treinta doblones de oro, Jesús Sánchez Adalid

Tenía muchas esperanzas puestas en esta novela. Había leído varias reseñas positivas sobre este autor, con el que hasta ahora no me había estrenado, y la sinopsis de Treinta doblones de oro me atraía. Sin embargo, bien por tener demasiadas expectativas o por que nuevamente la sinopsis no es del todo reflejo del contenido, el caso es que la lectura no ha sido todo lo satisfactoria que esperaba.




Sinopsis:

En las postrimerías del siglo XVII, la esplendorosa Sevilla languidece al perder su monopolio de los negocios de ultramar, como consecuencia de las nuevas leyes de la Contratación, que benefician a Cádiz.

En un noble caserón, el joven Cayetano sirve como contable de don Manuel de Paredes, cuando se recibe una fatal noticia: el navío Jesús Nazareno se ha hundido por un temporal; la preciada carga se ha perdido en el fondo del mar, naufragando las últimas esperanzas de salir de la ruina de don Manuel, su esposa y su servidumbre, que habían invertido todos sus bienes en la empresa.

La casa y las pertenencias familiares están hipotecadas y se presenta un porvenir incierto... No obstante, se enciende una luz de esperanza gracias a unas propiedades heredadas en las Islas Canarias. Hay pues que viajar allá y afrontar peligros y adversidades...

Sin perder el tono aventurero, el autor nos introducirá en el misterio profundo del ser humano, sus temores, sus dudas y sus esperanzas, entre originales episodios llenos de humor y vitalidad.


Mi lectura:

En Treinta doblones de oro, Jesús Sánchez Adalid nos presenta un buen retrato de la España de finales del siglo XVII, un país en plena decadencia, hundido económica y militarmente. Además, por si alguien está interesado en profundizar un poquito más en el tema, añade un epílogo interesante con apuntes y notas históricas relacionadas con la época y los personajes reales que aparecen en la novela.

La historia arranca en la Sevilla de 1680, una ciudad en declive tras perder el tráfico de ultramar en favor de Cádiz. 
En un ambiente de empobrecimiento progresivo en el que proliferan los pícaros, Cayetano entra a trabajar como contable en la casa del anciano hidalgo Don Manuel de Paredes y Mexía, quien tiene una correduría que ha visto tiempos mejores. De hecho, desde el traslado del monopolio del comercio de Indias a Cádiz no entra un maravedí en ella y viven de fiado con la esperanza puesta en un navío que irá rumbo a América cargado con manufacturas y regresará con metales preciosos. Para ello hipotecan su casa donde viven también, además de don Manuel y su mujer doña Matilda, don Raimundo, el administrador, Fernanda, de quien Cayetano se enamora, y dos esclavas de color. 
Tras el hundimiento del Jesús Nazareno con el consiguiente disgusto e incertidumbre por haberlo perdido todo, la esperanza llega de la mano de una herencia en las islas Canarias. Hacia allí se dirigen, muerto don Manuel, doña Matilda, don Raimundo, Cayetano y Fernanda. Pero no acabarán aquí sus penurias sino que aún habrán de enfrentarse a muchas aventuras y penurias.

La novela está dividida en libros que, a su vez, se distribuyen en varios capítulos cortos lo que hace que la lectura sea ágil y amena.
La historia, contada en primera persona por el propio Cayetano, se hace creíble al utilizar Jesús Sánchez Adalid el léxico propio de la época, aunque sin abusar de él, de manera que es más fácil meterse en ella sin que la lectura se vea obstaculizada por ello.
También ayuda a aumentar su credibilidad lo bien ambientada que está notándose en cada página lo bien documentado que está el autor.
Así nos hacemos una idea de la holgura con que se vivía en Sevilla mientras llegaban los barcos desde América y cómo comenzó el declive tras el traslado de este tráfico a Cádiz. La escasez, como siempre, comienza afectando a quienes menos tienen pero poco a poco va alcanzando a otros más acomodados que no están acostumbrados a las carencias ni a trabajar para ganar dinero.
También conocemos las duras condiciones de vida en la fortificación de La Mamora, que España mantuvo en Marruecos desde 1614 hasta 1681, o el reino de Mequinez.

Los personajes están muy bien caracterizados. Don Manuel, que representa a los hidalgos venidos a menos; su mujer, doña Matilda, que debe hacerse a la nueva situación de escasez y necesidad; Fernanda, acogida como una hija, resignada a lo que Dios les envía y con fe en que Él les socorrerá; o el propio Cayetano, que entra como contable "donde nada hay que contar" y que termina poniéndose al frente de una extraña familia en la lucha contra las adversidades. Pero la novela nos ofrece otros personajes muy interesantes que, en mi opinión, habrían dado para un mayor desarrollo de sus historias como el Ceutí, o Manola.

Sirva como ejemplo del estilo empleado por Jesús Sánchez Adalid y de lo bien ambientada que está la novela los siguientes extractos en los que el autor no sólo expone, a través del protagonista narrador, la situación sino que nos ilustra sobre ella explicándonos de paso las causas del declive y las consecuencias sobre la población.

"Concluía aquel raro 1680, en el que pareció haberse dado larga licencia a todos los demonios para que afligiesen a las gentes de España con penurias carestías y desgracias sin cuento. Porque es justo reconocer que no solo a nosotros, los que habíamos padecido la ruina de la casa de don Manuel de Paredes, se nos habían puesto los asuntos cuesta arriba; eran muchos, de toda toda suerte y condición, quienes sufrían necesidades, hambres y aflicciones, no ya en Sevilla, sino a lo largo y ancho de la vastedad del reino. ¡Qué tiempos tan malos eran!"

"... resultaba evidente que proliferaban en las intendencias malentretenidos, noveleros y personas ineficientes e interesadas; gantes medianas que no hacían otra cosa que entorpecer con sus lenguas y manos el buen curso de los negocios. Y si los que estaban arriba como validos y favorecidos no cumplían con su oficio, sino que se dedicaban a medrar y mirar por lo suyo, ¿cómo iba a esperarse que los de abajo fueran honestos y laboriosos? En todas partes, tanto en lo alto como en lo rastrero, en lo de mucha responsabilidad y en lo de poca, había arraigado la vagancia y la rapacería, sin que fuera fácil encontrar personas honestas y de palabra."

Parece que más de tres siglos después las cosas no hayan cambiado mucho ¿verdad?

Entonces, estando bien escrita y ambientada, con unos personajes bien dibujados, ¿por qué digo que no me ha gustado todo lo que esperaba? Por la historia. Pasan demasiadas cosas, ruina económica, naufragio del barco que iba a comerciar en América, engaños, pícaros, enfermedades, hambre, piratas, cansancio, motines, moros, saqueos, cautividad a manos de un sultán,... en pocas páginas con lo que, en mi opinión no se profundiza lo suficiente en ninguna de ellas. Todo son bosquejos, pinceladas que nos muestran retazos de una época queriendo abarcar demasiado para tan poco.
Pero lo que menos me gustó fue el final. Tras tantas aventuras y desventuras como sufren nuestros protagonistas el autor nos despacha con una carta y se acabó. Me pareció un desenlace demasiado brusco.

Pero como esto es muy subjetivo seguro que si os gusta la novela histórica, la época en la que ésta está ambientada y las historias de aventuras, disfrutaréis de Treinta doblones de oro porque, como digo, la caracterización de los personajes, la ambientación y la documentación de la novela son muy buenos.


Ficha técnica:

Treinta doblones de oro
Jesús Sánchez Adalid
Ediciones B
Páginas: 352
ISBN: 978-84-666-5404-3
Precio: 19.50 €


xxxxx Buena lectura

10 comentarios:

  1. Cierto que abarca mucho en pocas páginas, al contrario de otras novelas suyas, pero coincidimos en que es muy instructiva,
    besucus

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  2. Tengo ganas de leer algo de este autor, quizás esta no sea la más apropiada para empezar, besotes

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  3. Me gustaría leer algo de este autora que tiene tan buenas críticas, pero la novela histórica no está entre mis lecturas preferidas y por lo que dices tampoco es lo mejor que puedo leer.
    Un saludo.

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  4. Me lo apunto, muchas gracias!
    la primera fecha tiene los números bailados, creo que querías poner 1680

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    1. Cierto, he bailado los números. Gracias por hacérmelo ver, ya está corregido.

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  5. Esta va a ser mi lectura justo tras la que voy a comenzar mañana

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  6. Dicen que el que mucho abarca poco aprieta, quizás ese haya sido el error. Es un autor que quisiera leer en el futuro. A ver.

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  7. A mí me ha encantado, me ha maravillado... La leí en navidades porque me la regalaron. y es lo primero que leía de Sánchez Adalid. A mí sí que me ha llenado, me parece bastante lograda en general. Se me hizo corta, es verdad, pero merece la pena de todas todas.

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  8. Qué pena lo del final! Porque no pinta mal esta novela.
    Besotes!!!

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  9. Es asombrosa la inercia mental con la que se aborda en España la época de Carlos II. Parece mentira que seamos ciudadanos de la Unión Europea de comienzos del siglo XXI. Si queréis comprobar hasta dónde es fiable lo que se os cuenta en "Treinta doblones de oro", hasta dónde os la podéis tomar en serio, os recomiendo una vuelta por lanovelaantihistorica.wordpress.com. Os sorprenderá.

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